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ANTES Y DESPUÉS
Esas son las palabras que suelen aparecer debajo de las fotos que muestran una espectacular,
sangrienta y dolorosa operación de cambio de imagen. Antes y después
son también las palabras que pueden aparecer bajo esas fotos que muestran
el no menos espectacular cambio que se ha operado en vosotros en estos años.
En este caso no es solo un cambio de lo que se ve por fuera: nos hemos quitado las
gafas o las coletas, hemos perdido la cándida y angelical cara de la infancia,
medimos unos centímetros más, nos ha crecido la barba...
Hay además otros cambios que no se ven y que, en gran medida se han producido
en vuestro paso por este instituto. Aunque ahora os parezca todo un sinsentido, cada
clase que habéis sufrido o ¿disfrutado?, cada bronca, cada charla del
pesado de turno, cada discusión con el compañero de mesa o de recreo...
os ha ido cambiando un poquito por dentro, lentamente, sin que os hayáis dado
cuenta. Todo lo que pasa por nuestra vida nos va configurando y aquí habéis
pasado tantas horas que es imposible que os hayan dejado indiferentes.
¡Qué ganas tenemos de irnos! - decís algunos -, es lo que ahora
toca, pero uno nunca se va del todo de ningún sitio, porque las personas con
las que hemos compartido pupitre, aburrimiento, viajes, graffiti, canciones, fotos,
siempre nos dejan algo de lo que en algún momento podemos echar mano.
En el número anterior de nuestro periódico os hablaba de la crisis
ante la página en blanco que sufre de vez en cuando todo escritor. Esa misma
página en blanco es la que ahora se os abre en vuestras vidas.
Os vais del instituto después de haber vivido al menos cuatro años
de aprendizaje, aburrimiento, alegrías por lo que la vida os ha ido regalando
o compensando por vuestros esfuerzos, llantos, rabietas y odios por esos suspensos
que nunca merecíais y con los que esos sádicos profes insisten en castigaros.
Espero que todos seáis capaces de ir escribiendo en esa página lo que
verdaderamente queráis, nadie debe decidir por vosotros. Nada. Ni nuestros
amigos, ni lo que está de moda, ni lo que nos parece más fácil,
nada que no venga de dentro de nosotros.
-El día en que lo iban a matar Santiago Nasar se levantó a las 5.30
de la mañana.-
Es el comienzo de la novela que acabamos de leer y que parece que empieza por el
final. Solo cuando llegamos a la última página comprendemos todo lo
que hay detrás de estas palabras.
Es lo que probablemente os pase a vosotros, solo cuando hayáis leído
muchas páginas de vuestra vida, entenderéis muchas de las cosas de
las que nos habéis oído hablar, cosas que habéis estudiado y
creído aprender para un examen.
Y como me estoy poniendo un poco estupenda, ahora desde aquí voy a hacer un
homenaje a todos aquellos que han mostrado una actitud valiente en determinadas situaciones.
Pido un aplauso para:
- El alumno que asiste todos los días a clase y, además, trae todos
los deberes hechos.
- Y otro, para el que nunca pierde la sonrisa en los duros momentos del suspenso.
- Y otro, para el que, sin ninguna pereza, y a cualquier hora del día, se
ofrece a bajar a buscar una tiza.
- Y otro para el alumno avispado, y siempre vigilante, que se atreve a pillar en
renuncia al profesor.... y, además, a decírselo.
- También para aquel que, arriesgándose a un parte o a una visita a
la jefa de estudios y siempre considerado con sus compañeros, suelta la gracia
en el momento más aburrido de la clase.
- Y para el que, arriesgándose a que el profesor le vea, se esconde en la
parte de atrás de la clase para “copiar” los deberes que se ha “dejado olvidados”
en clase.
- Y, por supuesto, para el maestro del copieteo, también llamado “chuleta”
que con toda la paciencia del mundo se convierte en un maestro de la miniatura y
es capaz de transcribir la Guerra de la Independencia en tres centímetros
cuadrados, aun sabiendo que quizá le pregunten por La Constitución
de 1812.
Y, como ya tengo asumido mi papel de pesada que se enrolla mucho, no voy a dejar
de poner la cita que le toca a la profe de Lengua.
Siempre podemos tomar prestadas las palabras de otros, que han dicho muy bien justamente
lo que nos habría gustado decir a nosotros:
-El deseo de conocimiento, el ansia de comprender, está grabada en los
mejores hombres y mujeres. También lo está la vocación de enseñar.
No hay oficio más privilegiado.
Despertar en otros seres humanos poderes, sueños que están más
allá de los nuestros; inducir en otros el amor por lo que nosotros amamos;
hacer de nuestro presente interior el futuro de ellos: ésta es una triple
aventura que no se parece a ninguna otra.-
G. Steiner
Aventura que siempre compartimos con todos vosotros.
Buena suerte para todos.
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